ASÍ TE VEO, ASÍ TE SUEÑO
Recostada en los cerros y mirando al oriente,
apareces hermosa Antañona Señora,
te saluda la aurora cuando el alba despunta,
te acaricia la brisa cuando llega la noche.
Ya se asoma la luna coqueteando en las palmas
mil luceros fugaces temblorosos alumbran
al mirarte dormida mi coqueta antañona,
consentida valiente con historia bravía
de pasajes de llanto y cenizas al viento.
A tu trono de diosa se inclinaron los ríos
y la selva amorosa te entregó sus encantos
y las flores silvestres te envolvieron de aromas
y los besos del sol te volvieron morena.
Es tu lecho un follaje de ramajes y ensueños
tu ropaje un penacho fabricado con palmas,
en tu mano la lanza de las fieras hazañas
es emblema de lucha es presagio de gloria.
Amarillas y rojas como llamas ardientes
a tu paso florecen platanillas radiantes,
en el bosque vecino con tonadas alegres
un curillo salvaje canta un himno a tu nombre.
Oh, Mocoa del alma, que conflictos escondes
hay misterio en tu historia hay pasajes de llantos,
epopeyas victorias, amarguras y glorias,
quién pudiera en tu día confundir en abrazo
a mocoanos ilustres que dejaron sus lares,
a los muertos queridos que te siguen amando,
al rebelde que sueña con cambiar tu destino,
a la madre que sufre, a los niños que lloran,
a los viejos que pronto marcharán con su historia
y estrecharte muy fuerte con un solo deseo:
“La unidad de tu pueblo que es
segura victoria”.
Luz Angela Florez de Rivera
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